jueves, 9 de febrero de 2012

El papel de los gobiernos en la conservación


La historia reciente de la conservación ha estado marcada por una gran expansión de los papeles de los gobiernos en la protección del ambiente, y por un crecimiento del interés público en el apoyo a esos procesos. Parques Nacionales, especializaciones en la preservación de la naturaleza salvaje, provisión de espacios de recreo al aire libre, así como una atención especial a las reservas y al uso de los múltiples recursos salvajes de la Tierra, han crecido rápidamente.
En Estados Unidos la conservación de la fauna llegó a ser una causa de interés nacional, llevando al establecimiento de un ambicioso sistema de refugios para los animales, y de restauración gradual de las especies más salvajes, que alcanzó en algunos casos a exceder su abundancia primitiva. De todas formas, en tierras privadas y otras de dominio público, o bajo jurisdicción del gobierno pero que no estaban consideradas como reservas, parques o refugios, continuó produciéndose un deterioro continuo.
En 1930 se reconocieron los desastres producidos en muchas tierras de dominio público, donde el exterminio de fauna salvaje era un hecho incontestable. El Gobierno de Estados Unidos decidió entonces la intervención federal para establecer planes de conservación en tierras públicas, además de un control sobre las privadas para el desarrollo de actividades apropiadas y respetuosas con el entorno.
Las ideas sobre la conservación se extendieron rápidamente, sobre todo en países que habían experimentado un súbito cambio medioambiental; alrededor de 1920 ya existían parques nacionales en todos los continentes.
En 1924 la Unión Soviética estableció el primero del que sería su sistema extensivo de reservas naturales (Zapovedniki). La conservación de las zonas de bosque que tuvo sus orígenes en Europa y amplia práctica en Estados Unidos, llegó igualmente a ser muy aceptado por todas partes del mundo.

La base científica para el uso de tierras salvajes con fines de sostener producciones de forraje para el ganado, se estableció en los bosques nacionales de Estados Unidos en 1913, y pronto se extendió a otros países. Aldo Leopold en Estados Unidos, en 1913, escribió un libro que tuvo gran énfasis sobre la conservación y la vida animal salvaje con propósitos recreativos, tales como la caza y pesca deportiva. Leopold realizó estudios sobre ecología animal mucho antes que lo hiciera Charles Sutherland Elton en Inglaterra; de hecho, el establecimiento en Europa de reservas de fauna y leyes proteccionistas precedió al trabajo de Elton.
Después de la Segunda Guerra Mundial el campo de la conservación se extendió a nuevos problemas planteados.

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